sábado, 1 de fevereiro de 2014

Prádanos de Ojeda - las urracas (19)



               
            
            En España, Urraca fue un nombre egregio durante la Alta Edad Media (siglo XIII), utilizado por numerosas reinas y otras damas de la realeza peninsular. Un detalle curioso señala este nombre usado reiteradamente entre las clases dirigentes, pero de ningún apelo o divulgación popular; tampoco entre las otras familias reales de Europa. A este respecto se habla de una anécdota cronística: cuando los embajadores de Luis VIII (1223/26), futuro rey de Francia, llegaron a la corte del rey Alfonso VIII de Castilla (1155-1214) -el fundador del primer Studium Generale/Universidad, en Palencia (1208), y el vencedor de Las Navas de Tolosa/Jaén (1212)- con la intención de buscar una esposa para su rey, se quedaron estupefactos ante el nombre de la infanta Urraca, rechazándola de inmediato. En su lugar, escogieron a su hermana menor, doña Blanca, un nombre más acorde con la prosodia francesa, y futura madre de san Luis IX (1226-1270). Este hecho, auténtico o anecdótico, pone en evidencia la importancia del nombre de Urraca, usado con orgullo por tantas reinas de tiempos pasados, pero caído en descrédito debido a su etimología latina furax, con el significado de ‘inclinado al hurto’, aplicado literalmente a la urraca (ave), un pájaro con tendencia a llevar a su nido objetos brillantes. El primer personaje histórico y documentado con este nombre fue doña Urraca, segunda mujer de Fruela II (874-925), rey de Asturias y León. Otra curiosidad de esta primera Urraca: era hija del príncipe musulmán Banu Qasí, wali de Tudela/Navarra (+915). A pesar de todos estos datos históricos, existe otra etimología más armónica y aceptable: sería un simple  hipocorístico godo-germánico (diminutivo o alteración de un nombre familiar), cuya traducción cariñosa y coloquial haría alusión a la Virgen María, la Madre de Jesucristo, con el significado de  mujer de mucho valor y coraje’. Un hipocorístico español típico y muy extendido en la península sería Lola, de Dolores.           
     Este preliminar y honroso onomástico -un historiador del cual no recuerdo exactamente el nombre [tal vez sea Jaime de Salazar y Acha (1947…), director de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, dice que el término Urraca derivaría de una palabra vasco-navarra Hurre > ‘dorada’, o ‘hecha de oro; la terminación ca sería la forma femenina de Hurraco (masculino)- quiero dedicarlo a todas las Urracas de nuestra historia castellanoleonesa. Al contrario de la etimología latina aplicable en sentido literal ‘al pájaro más inteligente entre los paseriformes’, las reinas de nombre Urraca fueron también muy inteligentes y perspicaces, doñas distintas y mujeres muy dignas de sus reinos y, a lo que consta, no robaron nada de sus súbditos en contraposición a gentes no muy dignas en los días de hoy. Fueron sin duda verdaderas heroínas y contribuyeron para el devenir histórico de España, más particularmente de Castilla y León. Un ejemplo corrobora este recuerdo glorioso: doña Urraca de Zamora,  hija primogénita del primer rey de Castilla, Fernando I (1016-1065). Es conocida la frase ‘Zamora no se toma en una hora’, atribuida con toda justicia a esta valiente y decidida mujer castellanoleonesa, al mismo tiempo que paciente y plena de prudencia, virtudes que sus hermanos Sancho II y Alfonso VI no tuvieron en momento alguno. Después de conquistar uno a uno los territorios divididos por su padre, Sancho y Alfonso de común acuerdo enviaron mensajeros a Zamora bajo el comando del legendario Cid Campeador - fuera madrina  de su investidura de caballero feudal-  para que entregara la fortaleza de Zamora a cambio de una renda vitalicia que le permitiría vivir de acuerdo con su linaje. Doña Urraca no aceptó: don Sancho entonces montó en cólera y cercó la ciudad durante 7 meses, un cerco que costó la vida al propio rey don Sancho debido al despreciable, astuto y traicionero Bellido Dolfos, según comentarios de un bloguero,  discípulo de Satán y capaz de todo con tanto de obtener sus objetivos’ > conseguir los favores amorosos de la infanta doña Urraca por quien estaba perdido de deseos pecaminosos. El rey don Sancho fue muerto a traición, en cuanto hacía sus necesidades fisiológicas  atrás de un matorral por esa figura execrable de nuestra historia. El final del traidor zamorano no podía ser otro: por manos castellanoleonesas, fue amarrado a cuatro caballos y despedazado en las cuatro direcciones, según los costumbres de la época. Otra leyenda dice que doña Urraca le permitió huir a los reinos moros, pues a final con la muerte de don Sancho el cerco no tenía más sentido. Doña Urraca de Zamora (1033-1101) se recogió a un monasterio leonés hasta el final de sus días. De ella está escrito: ‘poseía un gran don de gobierno ligado a una profunda honestidad, prudencia, sabiduría y otras grandes virtudes que la hicieron muy respetada en los reinos de Castilla y León. Incluso, al final de la Edad Media, se extendió por todo el reino de León la fama de santidad de doña Urraca, atribuyéndole una serie de milagros’.        
         Entretejí estos dichos y hechos históricos antes de describir a la urraca de nuestros campos de Castilla, más especialmente de Palencia, donde se la conoce con el nombre de picaza o pigaza. En verdad, tratase de una de las aves más comunes de Europa hasta los 1.500m de altitud, y un pájaro generalmente negro y blanco que forma parte de los córvidos > aves de tronco, patas y pico robustos; y ojos penetrantes de quien está en constante investigación. Es considerada por todos sus aficionados como un ave extremamente inteligente. En realidad, los córvidos son los paseriformes de mayor tamaño y los más evolucionados e inteligentes, de picos fuertes y largos, al igual que sus patas, de plumaje negro y diseño muy marcado. Anidan en árboles, acantilados y agujeros, donde construyen el nido con ramas y barro: ponen  entre 6 y 8 huevos incubados durante 20 días; los polluelos dependen de los padres hasta más o menos un mes, cuando levantan el vuelo. Por el Real Decreto 172/1998 se la considera ave cinegética en Castilla y León, junto con otros córvidos ej.: corneja negra, grajilla etc. Están presentes en cualquier hábitat, excepto en bosques densos y parajes situados por encima de los 1.500m de altitud, frecuentando más la proximidad de campos roturados y terrenos degradados por el hombre, aunque no desdeñan las cercanías de pueblos y ciudades. En las redondeces de las poblaciones, las urracas almacenan objetos brillantes por los cuales demuestran una debilidad mórbida especial como se de tesoros se tratase. Son trozos o pedazos de latas, cristales, vidrios, botellas etc, y hasta gafas y joyas de valor fueron encontrados en sus grandes nidos. Almacenan también en sitios que sólo ellas conocen excedentes de alimentos para todo el año, lo que según opinan los ornitólogos demuestra una inteligencia y comportamiento diferenciados en relación a los otros animales. Un dato por demás curioso es reconocerse a sí misma en un espejo, capacidad que hasta ahora sólo se había observado en delfines y primates como el chimpancé y el orangután.
              La urraca de Castilla la Vieja es considerada el pájaro más inteligente y astuto de la naturaleza. Coincidentemente, su encéfalo tiene el mismo tamaño relativo que el del hombre y algunos primates como el chimpancé que comparte 96% del genoma con el de los seres humanos. De cualquier forma, está probado ‘científicamente’ (!?) su poder de comunicación: cuando se ve amenazada por predadores tipo azor o gavilán, llama la atención de sus congéneres y les avisa acerca de la presencia amenazadora del enemigo. En estos casos, se junta al grupo y revolotea alrededor del depredador increpándole con sus graznidos y no dejándole actuar como de costumbre en sus ataques mortíferos. Y si descubre un animal muerto (de gran tamaño), las urracas se agrupan y emiten estrepitosos graznidos para llamar la atención de buitres, grajos, otros cuervos, alimoches y demás carroñeros, incentivándoles a que se sacien del cadáver allí presente para después, ella y sus ‘hermanos’  córvidos, festejar un buen banquete y limpiar lo que restó sólo para sus congéneres. Con este tipo de comportamiento, la urraca ‘ha conseguido adaptarse, multiplicarse y aprovecharse de las alteraciones del medio ambiente provocado por el hombre’. Su expansión y distribución prácticamente sin límites, lo que consigue en gran parte gracias a su carácter omnívoro > ‘sobrevive en ambientes muy degradados’. En realidad, una de las causas de su gran expansión por todo el mundo de debe a la falta de su peor y más característico enemigo, el azor común (Accipiter gentilis) > un especialista en cazar otros tipos de aves en ecosistemas arbóreos que le permitan gran movilidad y capacidad de maniobra ej.: ambientes con mucha vegetación, pues es capaz  de volar asimismo en ambientes densos; rara vez lo hace en campos abiertos. Además la urraca, no obstante su inteligencia comprobada, debe enfrentarse al mejor cazador del bosque, pues el azor persigue a sus presas velozmente entre los árboles; vuela bajo con gran habilidad. El azor acostumbra cazar al acecho, posado en una atalaya o lugar privilegiado desde donde localiza sus posibles presas sin ser visto: desde abajo si el ave está en vuelo, y a ras del suelo si la presa está en tierra. Las urracas se defienden como pueden del azor revoloteando en torno de él con graznidos aterrorizantes. Actualmente, la urraca está con suerte, porque los azores están listados en la categoría amenazada en España, aunque la UINC global le considera en preocupación menor (LC).        
           Las urracas (Pica pica) se destacan por su cuerpo blanco y negro irisdicente (reflejos coloridos), que terminan en una larga cola de color azul o verde metálico; miden en torno de 0,45cm de longitud con una envergadura de 0,60cm. Es un pájaro inconfundible y fácil de ser reconocido entre otras aves, exactamente por sus colores bien distribuidos: cabeza, pico, cola y patas son negros; pecho y gran parte de las alas son blancos (foto). Los ojos son pequeños y vivos; el pico es recto y robusto. Una característica que la identifica entre los otros córvidos es su larga cola escalonada y las alas cortas y redondeadas tipo rabilargo > un pequeño córvido muy inquieto y agresivo frente a sus depredadores y extremamente parecido con la urraca. Su dimorfismo sexual es mínimo, aunque los machos sean más corpulentos; la voz es aquel matraqueo áspero, monótono y estridente tcha-tcha-tcha. Esta distribuida por toda Europa, Asia y África. En la América del Norte existe una especie muy parecida, sólo muda su pico amarillo, que de ordinario no presenta adaptación específica para cualquier tipo de comida, pero es fuerte y recto. En verdad, la urraca es omnívora, pues come todo tipo de comida. Con bastante frecuencia se la ve en los bordes de caminos y carreteras, andando a pequeños saltos, procurando granos, restos de comida o cualquier cosa que tenga aspecto de alimento con el cual pueda matar el hambre. Sin embargo, su especialidad son los insectos y restos de cereales (trigo, cebada, centeno etc), y no desdeña carroña, polluelos, huevos… La reproducción ocurre en primavera, de 4 a 7 huevos, incubados en 20 días. Los polluelos dependen totalmente de los padres hasta por lo menos un menos, cuando entonces empiezan a volar. Los cazadores la consideran ave perniciosa para sus intereses cinegéticos por ser depredadora de otras especies muy procuradas por esa clase de gente desalmada      
        La urraca es un ave bastante popular en el mundo entero. En España es considerada ave de mal agüero y sobre ella recaen muchas supersticiones: los expertos en asuntos exotéricos la consideran muy parecida a gatos negros, cornejas y  cuervos, animales asociados a las brujas. En la Edad Media se creía que este tipo de gente poseía la facultad de convertirse en uno de aquellos animales para realizar toda suerte de maleficios y, por eso, habrían sido perseguidos y quemados en las hogueras públicas altomedievales. En leyendas populares de los diversos folclores europeos (alemán, francés, italiano, inglés etc) existe una firme y persistente creencia de que las urracas sienten verdadera obsesión en recoger objetos brillantes, especialmente los preciosos o dorados. El compositor erudito italiano, Gioachino Antonio Rossini (1792-1868) colocó esta vieja creencia como argumento de su célebre ópera La gazza ladra, y de uno de los más famosos episodios en las aventuras de Rintintín - Las joyas de Castafiore. En Valencia/España, se cree que la urraca (aquí se la llama de blanca) esconde los objetos brillantes y, por esta circunstancia se aplica vulgarmente a las personas avarientas y a todos aquellos que tienen afán excesivo de poseer y guardar riquezas por el solo placer de tenerlas. De ahí aquel dicho regional: ‘pareces una urraca que todo lo esconde y guarda’. La urraca también está asociada a las personas parlanchinas o chismosas,  o a aquellas que hablan mucho y con indiscreción. En el Alto Aragón/España, a las urracas se las llama de garzas > aves zancudas, de gran tamaño y plumaje colorido, de cabeza pequeña y moño largo: vive en las riberas de lagos y pantanos. Los aragoneses usan este nombre para enaltecer y piropear a las mujeres vistosas y de buen garbo y salero. Lo curioso en este caso, es el hecho de primar por la belleza del plumaje, en tanto que en los demás lugares  de España se la considera un animal peligroso y maligno debido a su comportamiento ‘escandaloso’ y carroñero. En Cataluña, se usa a la urraca en aquel dicho popular equivalente al popular ‘me dieron gato por liebre’. Entre los catalanes se dice ‘me dieron urraca por perdiz’, con el mismo significado, o sea, se dice cuando se tienta engañar a otra persona dándole alguna cosa de inferior calidad a la que sería de esperar. En  Inglaterra, existe aquella leyenda de maldición: cuando Jesucristo estaba agonizando en la cruz todos los pájaros del mundo acudieron a consolarle y le quitaron uno a uno todos los espinos, menos la urraca. De ahí la maldición eterna que recayó sobre este pobre animal. En Escocia e islas Británicas, la urraca es considerada ave de la mala suerte: si por acaso ella se posa en la ventana de una vivienda, es anuncio de muerte inminente en aquella casa.
         El hábitat de la urraca es ‘universal’, exceptuándose los bosques densos y parajes situados a más de 1.500m de altitud. Por lo general, prefiere los campos roturados o lugares degradados por el hombre (caminos, carreteras, basureros, alrededores de pueblos y ciudades de pequeño porte donde haya sembrados de cualquier especie). Procura las poblaciones humanas y, de ahí deriva su adaptabilidad a las alteraciones del medio ambiente provocadas por las infraestructuras y abertura de carreteras en los páramos. Y por ser de distribución ‘universal’ se cuentan cosas curiosas de esta ave singular: en la primavera, antes de la reproducción, charla durante horas enteras, y rellena su tiempo de ocio saqueando los nidos de los pájaros más frágiles. Con frecuencia también ataca a los adultos a los cuales se junta para conseguir alimento: entonces se lanza sobre ellos de sorpresa y sopetón; cualquier descuido, incluso de aves más poderosas que ella, es fatal: les quita en un abrir y cerrar de ojos la comida. Es inteligente, astuta y extremamente atrevida. No encuentra semejanza en el mundo de las aves. El emparejamiento es precedido de una especie de ‘charla’ o conversación, que puede durar horas y horas en que parecen unidos, macho y hembra. Pero antes de emparejarse, las urracas (machos/hembras) celebran el noviazgo con ‘fiestas’ que por lo general terminan en matrimonio duradero (‘por toda la vida’).
            Las urracas de que yo me acuerdo nidificaban en las ramas más altas de los árboles, aunque también lo hacían en matorrales densos o espesos, utilizando barro o arcilla en las que entrelazan ramitas verdes y finas. Curiosamente, los nidos de urraca poseen una techumbre que construyen con raíces de plantas y pelos de animales encontrados en el suelo o simplemente arrancan de las ovejas, cabras, ciervos o venados etc. que caigan en sus garras afiladas y sin consideraciones. Su nido, por estas ‘cualidades’ extraordinarias podría considerarse de lujo y bastante sofisticado, libre de las inclemencias del tiempo y de sus numerosos enemigos y predadores. Las urracas ponen entre 6 y 8 huevos moteados que incuba ella sola. El macho apenas es amable durante la incubación, y ambos ‘dialogan’ o hablan cariñosamente a lo largo de 18/20 días cuando nacen los polluelos (muy pequeños) y sin plumaje, pero tremendamente espabilados en busca de comida que piden a los padres (insectos): estiran el cuello y abren la boca cuanto pueden al mismo tiempo en que pían sin parar. Pasada la semana ya pesan 50gr y les empiezan a salir las plumas. Antes del mes ya tientan volar y planear por las redondeces. En la fase de incubación ocurre un hecho extremamente curioso: en el nido de las urracas aparecen uno o varios huevos extraños puestos allí por un ave muy parecida al picapinos de nuestros bosques o ‘montes’.
Tratase del críalo/hembra (Clamator glandarius) que suele poner sus huevos en nidos de urracas, cornejas, rabilargos y otros córvidos. Aprovecha la ausencia de la hembra que sale con el macho en busca de juerga. Pero no siempre consigue hacerlo a contento porque las urracas no les permiten posar en su nido, y otras veces los destrozan o simplemente se los comen, pues tienen la capacidad innata de distinguirlos de los suyos propios. Sin embargo, como el pollito del críalo nace antes y son también más grandes y espabilados, las urracas les dan de comer y acaban olvidándose de sus propios  hijos. Curiosamente, los padres adoptivos (las urracas) prosiguen alimentándoles después que salen del nido hasta que un buen día escuchan los gritos de un críalo adulto a quien siguen de inmediato. Durante el verano, los críalos se reúnen y luego, luego, toman el rumbo de África donde pasarán el invierno. Un detalle: siempre que consigan evitar a sus peores enemigos o depredadores (zorros, gatos monteses, turones y, sobre todo, su mayor enemigo el azor), la familia de las diferentes urracas busca alimento por toda parte. A veces se junta a otras familias de urracas si existe comida abundante ejs.: un burro, una oveja, un ciervo (muertos) etc. que aparezcan en su camino, las urracas se acercan y lanzan gritos estridentes con el objetivo de atraer grajos o buitres que poseen picos y garras más fuertes para taladrar la piel de los animales muertos. Sólo después las urracas empiezan el banquete…
        Una vez dispuesto el banquete, después de la acción saludable de buitres (alimoches, cuervos o milanos), lobos, jabalíes y hasta perros, las urracas deciden dar proseguimiento a sus esquistos manjares de hecho, porque si no fuera por aquellos animales, nuestro córvido más inteligente y astuto no podría alimentarse de la carroña restante. En este sentido, las urracas son benéficas en los muladares o basureros de nuestros pueblos, aunque ciertamente de hambre ellas no mueren, dado que comen de todo lo que aparece, sean animales vivos (insectos o mosquitos, lombrices, ranas, lagartijas, larvas etc), sean huevos de nidos, pollitos de otras aves, semillas, frutos, restos de comidas urbanas, sean también dulces, salados, carnes diversas, pescados, pasta… En fin, sea cualquier cosa que sirva de alimento, y como es costumbre decir en legítimo español ‘sea lo que sea’ = todo sirve de delicioso banquete para este córvido que, en opinión de sus estudiosos, es ‘un animal precioso con un plumaje en que se juntan diversos colores, el blanco con el negro, el azul y el verde irisados… En verdad, una auténtica maravilla de la naturaleza que no sabemos apreciar suficientemente por verla a diario, ya que se las ve por todas las partes’. Por lo general, el hombre es su enemigo declarado, aunque contradictoriamente busque su proximidad y compañía, ya que en tales circunstancias significará para ellas comida abundante y fácil. En realidad esta proximidad es considerada ‘distante’ porque existen personas que las alimentan, las salvan de sus depredadores y las adoptan como mascotas. Pero también hay personas que las matan por placer o superstición, o simplemente las envenenan con huevos cocidos en los que colocan estricnina > alcaloide de sabor amargo, poco soluble y venenoso, extraído de la nuez vómica y utilizado como pesticida. Lo hacen erróneamente, por pensar que las urracas se comen los huevos y pollitos de perdices/codornices. Con certeza, esto puede ocurrir de hecho, pero jamás a punto de poner en peligro ese tipo de caza. Además, las urracas ejecutan un trabajo de limpieza orgánica cuando deciden comer toda especie de animales muertos. Y eso sin llevar en cuenta la enorme cantidad de insectos y mosquitos que consumen a lo largo de cada estación anual, sobre todo de alimañas perjudiciales al hombre. Leí que si se las enseña desde pequeñitas aprenden diversos sonidos, incluso imitan la voz humana como si de loros o papagayos se tratase. Perviven entre 10/15 años cuando en cautividad y son bien tratadas, aunque como aves silvestres prefieran la libertad de los bosques abiertos y los campos de roturo. En Prádanos, yo aún un niño de 5/6 años de edad me quedaba absorto viendo a las urracas (siempre en bando) hociqueando en un muladar existente en las afueras del pueblo, un poco distante de la Fuente Palacios.
           Y para terminar, quiero resumir la mejor identificación que encontré en mi pesquisa de rutina: las urracas están distribuidas por toda España, en apreciable cantidad, colonizando incluso zonas en las que no hace mucho tiempo atrás era totalmente desconocida. Aunque debemos llevar en cuenta que los nidos de las urracas son parasitizados por el llamado críalo europeo. Sus costumbres alimenticias hacen de las urracas aves extremamente impopulares entre los cazadores y por este motivo son altamente perseguidas en áreas cinegéticas de Castilla y León. Infelizmente, son personas insensibles y desconocedoras de la cadena alimentaria. Las urracas ‘roban’ los nidos de otras aves incluyendo perdices/codornices tanto los huevos como los jóvenes: esto contraría terriblemente a los cazadores de media pataca, como decimos en el Brasil. Las urracas normalmente viven solitarias o en parejas (macho/hembra, ‘por toda la vida’), aunque en la primavera puedan verse decenas o centenas de urracas en grupos ceremoniales con objetivos aún por desvendar. De cualquier forma, gritan, saltan de rama en rama y se persiguen unas a otras como en juegos de ‘niños’, a pillarse en torno del arbolado. El tan decantado instinto de almacenar objetos brillantes (> común a todos los córvidos) está más desarrollada en las urracas (¡nadie hasta hoy, sabe decir por qué lo hacen!), pues suelen ocultar no sólo el alimento sobrante -nadie, absolutamente nadie lo hace, afuera el ser humano-, sino también cualquier objeto o cosa brillante o coloreados que llame su atención. En fin, las urracas parecen ser las aves más inteligentes y astutas de toda la Naturaleza. Sobre todo, tienen un gran poder de comunicación con sus congéneres. Y como remate de este estudio, diré que las urracas son capaces de diferenciar individualmente a personas con las cuales se relaciona. Las urracas, a pesar de ser consideradas ‘aves de mal agüero’,  en realidad son aves misteriosas y de de grandes recursos ‘humanos’.
       

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