segunda-feira, 7 de outubro de 2013

Prádanos de Ojeda - nuestros animales silvestres (4)

                               
        Existen, en España, varias especies de animales protegidas por la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres (1989). Esta ley aunque increíblemente tardía ampara a todas las especies en peligro de extinción. Con alta relevancia, sus autores cambiaron a partir de aquella data el slogan considerado genérico ‘todo se puede explotar salvo lo que está protegido’ por un régimen más ecológico y pragmático: ‘todas las especies están protegidas aunque algunas se puedan explotar’, pero con sabiduría, prudencia y honestidad, acreciento yo. Como ya dejamos escrito, en la península Ibérica hay muchas especies de animales en peligro de extinción, en peligro crítico y como vulnerables, las tres categorías principales demarcadas por la UINC. Sin embargo, parece poco adelantar o indicar las causas más probables para los agentes públicos, entre las cuales siempre aparecen estas tres: la destrucción del hábitat característico y particular de determinados taxones, la caza furtiva e insostenible de cazadores incluso de regularizados, y la contaminación de las aguas (o alimentos) por efluentes industriales >  tres flagelos responsables por la mayoría de las muertes de nuestros animales silvestres. Infelizmente, a cada día que pasa los porcentajes de esta destrucción irresponsable aumentan de forma alarmante: los números más en evidencia nos relatan la siguiente ecuación: son casi 40% los vertebrados en peligro de extinción inminente y 10% en peligro crítico de extinción, sin llevar en cuenta los ya computados en la categoría extintos, lo que nos da un resultado terrible: 50% de los vertebrados están amenazados de extinción. ¿Parece exagerado? No, no lo es, con certeza. Estos números son globales, pero pueden aplicarse ciertamente a nuestro país. Por orden de riesgo ya tradicional en España, los relaciono con una enorme tristeza aunque yo no esté inscrito en ninguna ONG ecológica o ambiental: 1- el lince europeo (Linx pardinus); 2-   el atún rojo (Thunnus thynnus);  3- el quebrantahuesos (Gyoaoetus barbatus); 4- el águila imperial ibérica (Áquila adalberti); 5- el lobo ibérico (Canis lupus signatus); 6- el oso pardo (Ursus arctos); 7- la foca monge (Monachus monachus); 8- el urogallo cantábrico o pirenaico (Tatrao urogallus cantabricus); 9- el lagarto gigante de Canarias (Gallotia bravoana); 10- el fartet (Aphanius Iberus); 11- la mariposa isabelina (Graellsia isabelle); 12- el samarugo (Valencia hispanica). Esta lista podría ser multiplicada por 20, pues las causas de extinción de animales en España se intensifican a medida que especies foráneas provocan un cambio brusco en los ecosistemas ya establecidos en la península Ibérica. A medio o largo plazo, esas especies de fuera acaban por perjudicar a las especies nativas o autóctonas desplazándolas o eliminándolas, como aconteció con el cangrejo doméstico o autóctono de nuestros ríos en Castilla y León.    
        Si bien poco comentados, no puedo por menos de analizar los residuos industriales, desde hace muchos años considerados los mayores flagelos o villanos actuales de nuestros animales silvestres. Dejo por evidentes y consensuales, otras causas también comunes en el medio ambiente de España: las inundaciones, las sequías, los incendios forestales, los basureros públicos etc. La sequía es realmente una calamidad sobre todo en pueblos como  Prádanos de Ojeda. En mi visita al ‘monte’ pradanense pude constatar in loco: todas las fuentes de Prádanos, incluso la fuente El Hontañón (¡mi fontana preferida y sagrada donde nunca faltó agua abundante, pura y cristalina, con aclaraguas jugando de corre-corre!), estaban totalmente secas. Encontré un canalón de argamasa con un poco de agua estancada ya verdusca y podrida, con un animal en descomposición. Yo me pregunto, ¿dónde y cómo los animales de nuestros bosques pueden matar la sed? Claro, la explicación de no haber más animales silvestres en La Ojeda está ahí: no hay agua en lugar algún. En vista de lo cual los animales simplemente desaparecieron. ¡Y en pocos años! Pues bien: según Leripio &Campos (2004), somos en verdad la sociedad de la basura, cercados por ella y sólo últimamente acordamos para este triste aspecto de nuestra realidad’. También se comenta entre los ecologistas: 1970 fue la década del agua contaminado; 1980 fue la década del aire atmosférico poluido; y 1990, la década de los residuos sólidos [industriales]. En los últimos 20 años, la población mundial creció menos que la basura de nuestras ciudades y pueblos: entre los años 1970 y 1990, la población del planeta creció 18%; ya la cantidad de basura sobre la Tierra ultrapasó el 25%. Y lo peor de todo: ese gran volumen de basura se fundamenta en el decantado ‘american way of life’, pues asocia la cualidad de vida al consumo de bienes materiales. Para no prolongarme en este estudio tan complejo y exhaustivo dividiré los residuos industriales en tres clases:
       1ª-  residuos peligrosos con riegos a la salud pública y al medio ambiente: exigen tratamiento, disposiciones y legislación especiales en función de sus características de inflamabilidad, causticidad, reactividad, toxicidad y patogenicidad;
       2ª- residuos no inertes, o sea, aquellos que no presentan gran peligrosidad pero no dejan de ser perjudiciales. Pueden tener propiedades de biodegradabilidad, combustibilidad y solubilidad en el agua. Básicamente es la basura doméstica;
       3ª- residuos inertes y reciclables: no se degradan ni se descomponen cuando dispuestos en el suelo > se degradan muy lentamente. Los escombros de una construcción, las piedras o arenas retiradas de excavaciones, los plásticos etc.
         El origen de todos estos residuos proceden de la agricultura/pecuaria, del comercio, de las industrias y servicios hospitalarios, de escombros y cascotes de albañilería, de puertos, aeropuertos y terminales rodo-ferroviarios, y de muchos servicios públicos, sobre todo de los ayuntamientos. Las industrias responden por una gran cantidad de basura ej.: restos o sobras de carbón mineral, desechos metalúrgicos, residuos de gas y humos lanzados por miles de chimeneas gigantes, etc. Los residuos industriales son desechos que resultan de los procesos de industrialización de acuerdo con su especificidad ej.: industrias metalúrgicas, alimenticias, químicas, etc >cada una tiene residuos diferentes, que, a su vez, exigen tratamientos especiales. En la industria alimenticia, los residuos son vendidos para fábricas de ración animal; industrias químicas precisan tratar sus efluentes químicos con altos investimentos: no lo hacen y aún actúan mucho peor, los lanzan en ríos o son quemados a cielo abierto contaminando el medio ambiente. Está probado por científicos que los residuos industriales responden por las mayores agresiones fatales al medio ambiente: en estos residuos están incluidos cianuritos (venenos), pesticidas, solventes, metales pesados (mercurio, cadmio, chumbo) etc. Los residuos sólidos son enterrados, los líquidos son lanzados en ríos y mares y los gases a la atmósfera. La salud ambiental y, consecuentemente, los seres vivos son constantemente amenazados y pueden causar grandes tragedias. Está comprobado: 20% de los residuos industriales son peligrosos al hombre y a todos los ecosistemas globales y regionales del mundo entero. El consumo habitual de agua y alimentos contaminados como los peces de agua dulce o del mar (poluido o no), colocan en riesgo la salud de los organismos terrestres. Ciertos residuos son tan peligrosos que son lanzados al medio ambiente con la esperanza que él absorba esas substancias tóxicas. Entre tanto muchos metales y productos químicos no son naturales ni biodegradables. Consecuentemente, cuanto más se los entierra más peligrosos se tornan y amenazan los ciclos de vida naturales. Desde 1950, los residuos industriales han causado desastres cada vez más frecuentes  y serios. Los grandes basureros al margen de carreteras o caminos y de terrenos baldíos comprometen la cualidad ambiental y ponen en riesgo inminente la vida de nuestros animales domésticos y silvestres.        
          Últimamente, el hombre se ha convertido en la mayor amenaza contra los animales, puesto que sólo él es capaz de talar florestas y bosques, sólo él ejerce la caza ilegal y predatoria, sólo él ocasiona cambios climáticos con su actuación ambiental desastrosa Y casi siempre por ganancia desordenada. Muchos de nuestros animales silvestres viven en peligro de extinción o han desaparecido de ciertos lugares – en Prádanos de Ojeda tan sólo de vez en cuando se ve algún corzo que no  sabemos cómo consigue sobrevivir sin agua corriente, sobre todo en el verano. En mi tiempo de niño se hablaba del oso pardo, del jabalí, del lobo, del gato montés, etc. y de una infinidad de aves rapaces. Me acuerdo de la algarabía provocada por aves de rapiña en las rocas de Peña Cortada; hoy, sólo un silencio sepulcral se ‘oye’ en aquellos parajes, y algún resquicio de esperanza de encontrar algún animalejo entre las matas. Yo, en un día entero, no vi ninguno: ni aves siquiera. En verdad, ¿cómo sobrevivir sin agua? No sólo de pinos viven nuestros animales silvestres… Pero sí, volvamos a nuestro asunto: los animales y también las plantas están amenazadas de extinción o vulnerables: se calcula que existan en el mundo unos 30 millones de plantas y de animales de todo tipo y especie. La UINC – Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lista 1000 especies que están en peligro de extinción, y unas 17 mil casi amenazadas. Esta organización internacional nos asegura que si no se hace alguna cosa más eficiente y duradera, en 2020 tendremos perdido un 30% de ese total. Muchos estudiosos opinan que la caza furtiva, comercial (tráfico ilegal) o deportiva, resultaría ser el mayor peligro para los animales en España. Este comportamiento es tradicional e histórico, infelizmente. La explicación estaría en que son personas influyentes o del propio gobierno los que practican esa caza sin mayor sentido e abiertamente irresponsable, sobre todo en nuestros días que se gasta tanto dinero público en futilidades, o se malgasta en salarios sobrepuestos sin ninguna finalidad. Todo ese dinero podría redundar en mejorías de preservación ambiental, obligando a quien de derecho ser el primero en ‘sustentar la propia sustentabilidad ambiental’. Es ridículo ver un figurón del gobierno disparando su escopeta criminosa contra seres lindos e indefensos. Y se dice que por ‘puro placer’ como lo hacían los antiguos hidalgos. ¿Qué noble placer es ése, cara pálida? Y más aún: ¿sabéis, lectores on-line, que en España hay más de 3 millones de armas de caza tipo D y E, registradas legalmente (escopetas y rifles), incluso para menores, o sea, casi 1 arma por cada 14 habitantes?
         En 2010, El Mundo > un diario periodístico, líder de informaciones en español, comunicaba a su público una ‘sorpresa mayúscula’ (¿!?): el gobierno estaba preparando un proyecto que colocaría en peligro el negocio de la caza, negocio éste que mueve en España más de 20.000 millones de euros al año, según estimaciones técnicas. Además, alertaba a los afectados, porque los legisladores querían dar a esta norma un carácter retroactivo para que se retirasen de circulación 800.000 armas de caza. Se dice categóricamente: cazadores, tiradores, coleccionistas, empresarios y muchos pueblos estarían ‘trinando de rabia’ contra el ministro del Interior. De hecho, una concentración contra esa medida reunió 300.000 manifestantes sólo en Madrid exigiendo respeto a la caza (!?. Se calcula que en España exista 1 millón de cazadores, sin contar con los que vienen de fuera (Europa y resto del mundo), en busca de la riqueza cinegética de nuestro país. Eu no puedo creerlo: los ‘afectados’ insinúan que centenas de pueblos en las zonas rurales vivan exclusivamente gracias a las escopetas y todo lo que se mueve alrededor (armerías, fabricantes, distribuidores, perros, hoteles, restaurantes y bares, etc.). También se dice que la crisis ya viene afectando al sector de caza, y según sus representantes la facturación ha bajado el 30%. Un ‘letrado’ afirmó cavernoso: ‘más reducción en su negocio podría suponer una auténtica debacle, con innumerables despidos’. Los cazadores y empresas de referencia aseguran que por tras de esa ley estaría la Guardia Civil a quien acusan de ‘un desconocimiento absoluto sobre lo que son las armas de caza’. Y acrecientan: ‘si se aprueba ese reglamento se provocarán gravísimas perturbaciones a industriales y cazadores, hasta el punto de que van a convertir en inútiles el 90% de las armas existentes en manos de los cazadores’. Un entendido en caza dice que el proyecto es injusto y carente de fundamento, y con algunas disposiciones cercanas del disparate. Y por ahí  continúa le retahíla de reclamaciones de cazadores y tiradores… En cuanto nada se resuelve, los cazadores prosiguen en su camino manchado de sangre animal. Es mi opinión, pues no acepto en cualquier hipótesis la matanza de animales silvestres.
            Al contrario de todos esos cazadores y tiradores, el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (la famosa sigla WWF) – la mayor y más respetada organización mundial conservacionista (fundada en 1961)- afirma con plena convicción: ‘la caza deportiva o comercial y el tráfico ilegal de especies (vegetales y animales) san las verdaderas causas que colocan en peligro la fauna y la flora del mundo entero’, y muy especialmente de España. Muchas mascotas o plantas dichas exóticas son fruto de este comercio rentable para sus imprestables cazadores/traficantes. Este negocio clandestino es la causa principal, si no única, de la pérdida de tanta biodiversidad en el planeta Tierra. Actualmente, unas 700 especies de animales silvestres se encuentran en peligro de captura con objetivo puramente comercial. La WWF/España (2009) ha creado diversas campañas siguiendo las iniciativas de la WWF internacional: para la conservación de los anfibios, en defensa de los humedales manchegos, contra la caza ilegal y contra los venenos, para la conservación del lobo en Europa y de la fauna mediterránea; hizo campañas también en defensa de las sierras y bosques de Extremadura. Además participa en proyectos de estudios sobre el lince ibérico y la cigüeña blanca: estudia la ecología de muchas especies animales y lucha activamente por la conservación de otras. Llegó a crear un banco de plantas endémicas del Mediterráneo (español), y creo asimismo una campaña de concientización ‘Salvemos las plantas que nos salvan a nosotros’ > una iniciativa sin precedentes para la conservación de los bosques (‘montes’, así conocidos popularmente). Dieron un duro golpe al furtivismo de osos pardos en el Parque Nacional de los Picos de Europa y siguen preocupándose con el Parque Nacional Doñana/Huelva > mosaico de ecosistemas que alberga una biodiversidad única en Europa, por ser lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas. En este Parque Nacional viven especies únicas y, algunas en serio peligro de extinción como el águila imperial y el lince ibérico. Como se dice entre los estudiosos, el Parque de Doñana es ‘un conjunto de ecosistemas -cotos, vera, bosque, playas, dunas y marismas-, que le dotan de una personalidad ecológica única’. El desarrollo sostenible precisa de todas estas iniciativas y también deberá asumir riesgos medioambientales en defensa de nuestros animales silvestres contra esos cazadores de media pataca. Es preciso conocer a los animales silvestres, estudiarlos, preverlos de autodefensas y saber actuar con diligencia y eficacia para protegerlos de manos asesinas. Los órganos medioambientales de gestión deben por tanto actuar lo más automáticamente posible, así como actúan los bomberos, la policía o las ambulancias. El medio ambiente y nuestros animales silvestres lo agradecen encarecidamente.      
           Muy probablemente muchos de mis lectores on-line no tengan oído hablar del Parque Natural de Doñana/Huelva -‘la mayor reserva ecológica de Europa’, con 53.709 ha. Originalmente fue un lugar de caza de la nobleza (1589), como tantos otros lo fueron en un pasado próximo y continúan siendo hasta hoy, pero gracias al buen discernimiento de algunos actualmente es una de las mayores joyas naturales del continente europeo. Cuenta con una fauna extremamente variada, compuesta sobre todo de mamíferos como el lince ibérico, el gamo, el jabalí, el ciervo, etc., aves como las águilas (imperiales, culebreras o calzadas), las espátulas, los flamencos, el calamón, y distintas especies de reptiles. Posee grandes humedales donde abundan aves acuáticas. Infelizmente, el Parque Natural está sometido a diversas amenazas ambientales de las cuales la urbanización de Matalascañas y el proyecto de una carretera uniendo Huelva a Cádiz por tierra no son los únicos inconvenientes  -hasta la fecha son las dos únicas provincias limítrofes de España no unidas por vía terrestre > la distancia es de apenas 20km. Llama nuestra atención la marisma que acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas, llegando a un número impresionante de 200 mil individuos. Próximos al Parque Doñana hay otros espacios naturales con paisajes similares, hábitats de diversas especies animales y vegetales > cada ecosistema posee una fauna propia y diferenciada: 20 especies de peces de agua dulce, 11 especies de anfibios, 21 especies de reptiles, 37 especies de mamíferos no marinos, y 360 especies de aves de las cuales 127 se reproducen habitualmente en Doñana. Pero algunas de estas especies se encuentran en peligro de extinción, con los dos casos emblemáticos de toda la península Ibérica, el águila imperial y el lince ibérico. La flora es muy diversa y está asociada a los diferentes ecosistemas presentes, pero con un inconveniente: existen plantas exóticas como el árbol de la seda, el tabaco moruno y la uña de gato, las tres especies extrañas al ecosistema de Doñana. Un absurdo de quien permitió semejante aberración, sin cualquier utilidad en aquellos parajes.       
         ¿Y cómo me podría olvidar de nuestro más famoso Parque Nacional de Fuentes Carrionas/Palencia, cuyo sobrenombre le acrecienta un detalle significativo para nosotros  y Fuente Cobre/Montaña Palentina’? Aquí nace nuestro río Pisuerga, principal afluente por la margen derecha del río Duero, ‘origen  de las aguas que sacian nuestra sed y la de nuestros campos y bañan nuestros pueblos y ciudades […], allí donde la naturaleza se muestra más generosa, en entornos montañosos y espacios naturales de gran valor y belleza’, según comenta Rutas GPS Montaña Palentina. Y no podría ser de otra manera, pues a los encantos de un río misterioso –emerge de una cueva profunda-, el río Pisuerga recoge las aguas nivales de las montañas que rodean el idílico valle de Redondo/Pernía, el corazón pulsante de la Montaña Palentina. La Fuente del Cobre ha sido considerada el lugar de origen del río Pisuerga, sin embargo el verdadero nacimiento de un río tan importante y encantador está en las laderas del Pico Valdecebollas (2.143m), una de las estribaciones de la cordillera Cantábrica. Las aguas se filtran por el sumidero Sel de la Fuente para surgir 2km más adelante a través de la cueva Fuente del Cobre (foto). Tratase de un Parque Natural de gran valor natural, paisajístico, faunístico y botánico: y es el refugio de una especie emblemática y en peligro de extinción, el oso pardo. Sin duda, es el espacio más remoto e inaccesible de la Montaña Palentina: sus picos y crestas modelados en apretadas rocas calizas sobrepasan los 2.500m de altura, presentando un singular relieve de fantásticas agujas, impresionantes precipicios, altivos cantiles y profundos valles. El río Pisuerga y su poderoso afluente nacen en estas montañas: el río Pisuerga lo hace en una zona de suavidad paisajística donde predominan los bosques de hayas, robles y encinas. A su vez, el río Carrión lo hace en el corazón escarpado de la grandiosa montaña; sus fuentes ‘carrionas’, aisladas de todo el conjunto, dan nombre a la comarca donde el oso pardo ha dejado sus huellas.
       Curiosamente, entre los dos ríos existe una diferencia que impresiona: en el valle del Carrión contrastan las fuertes pendientes con escasa cobertura vegetal y  predominio de rocas calizas con algunos valles de abundante cobertura arbustiva extremamente colorida; en la cuenca del Pisuerga (Prádanos de Ojeda a ella está ligado indisolublemente por sus tres arroyos, al menos en mi tiempo de niño) se destacan las extensas masas arboladas sobre un relieve mucho menos acentuado. Las rocas calizas de la Montaña Palentina, donde nacen nuestros mejores y más caudalosos ríos, están muy fragmentadas por numerosas fallas y gran diversidad de litologías que dan origen a circos, umbrales, sistemas monorréicos y valles en artesa, en realidad un conjunto típicamente alpino. La vegetación se diversifica en sus  numerosas formaciones arbóreas: hayedos, robledales, alamedas de álamos temblones, abedules, encinares, sabinares, así como por los pinos silvestres bien distintos de las masas de repoblación; en formaciones arbustivas donde se destacan las avellanedas, los espinos albares, los endrinos, los piornos, los brezales, los aulagares, los sabinares rastreros, los matorrales etc.; y en formaciones herbáceas de importancia singular con los pastizales, junto a los cervunales y comunidades de gleras, roquedos y turberas… Llama nuestra atención su abundancia y diversidad faunística, una característica tanto del dominio atlántico con ejemplares como el urogallo, el carbonero palustre, el treparriscos, el gorrión alpino, la chova piquigualda, el acentor alpino, la marta, el lirón gris, la liebre del piornal, la lagartija turbera, la víbora de seoane, la rana bermeja etc., cuanto del dominio mediterráneo como la culebra bastarda, el lagarto ocelado, el avión roquero etc. Además, vamos encontrar otras especies muy significativas como el rebeco cantábrico, el oso pardo (en peligro de extinción), el gato montés, la nutria (foto), el desmán pirineo, el águila (real y perdicera), el alimoche, el buitre leonado, el halcón común, el aguilucho cenizo, el búho real etc.     
          El Parque Natural de Fuentes Carrionas se extiende por 10 términos municipales nortepalentinos y 98 núcleos de población, ocupando 127.000 ha (incluida las ZIS > Zonas de Influencia Socioeconómicas). El Parque es en sí mismo un espacio natural protegido de 78.360 ha., situado en la Montaña Palentina: en él vamos encontrar algunas especies vegetales y animales que sólo se desarrollan en esta zona montañosa. Debe su nombre completo Fuentes Carrionas y Fuente del Cobre a los dos parajes reconocidos como nacimientos de los ríos Carrión y Pisuerga, respectivamente. Toda esta área forma parte de la cordillera Cantábrica y aparece exactamente dibujada por las cuencas  de los dos ríos palentinos: Carrión (Fuentes Carrionas) y Pisuerga (Cueva del Cobre). La privilegiada situación del Parque Natural permite admirar su inmensa riqueza florística y faunística, resultado de las diversas condiciones climáticas que aquí se conjugan: disfruta de un clima continental con temperaturas medias de 19,5ºC (verano) y 3,5ºC (invierno). Entre encinares, hayedos, robledales etc. encontraremos una de las tejedas más notables de Europa > formaciones volcánicas que emergen de los riscos, enclaves naturales de gran belleza; posee también uno de los pocos pinares naturales de la región cántabra. Además, sus formaciones de sabinas albares y otros endemismos vegetales se localizan normalmente en las praderas de sus zonas  más altas > algunas especies vegetales son únicas y sólo se encuentran en estos parajes. Algunos de estos espacios reciben una protección especial como es el caso de Covalagua > cueva donde nace el río Ivia en el término municipal de Pomar de Valdivia/Palencia, en la Lora Alta (punto de coincidencia de Cantabria, Palencia y Burgos).
    Tratase de un paisaje típico caracterizado por elevaciones de paredes verticales, coronadas por una meseta más o menos llana, y aisladas en una vasta región donde predomina la horizontalidad. Aquí se mezclan caprichosamente especies arbóreas de carácter atlántico y mediterráneo. En las zonas umbrosas de microclima fresco y húmedo predominan las hayas y quejigos; en las laderas de solana el quejigo es más común, junto a otras especies que crecen al amparo de sus bosques > tejos, rosales silvestres, encinas, majuelos, endrinos, robles melojos y avellanos. Pequeñas plantas ej.: la aguileña, y algunos matorrales de aulagas, brezos y gayubas, además de pequeños rodales de pinares repoblados que sobreviven a los fuertes vientos del páramo. Covalagua es considerada una zona de influencia mediterránea y eurosiberiana, condicionando por eso una variada gama de especies faunísticas. Entre los grandes mamíferos  se destacan el jabalí, el zorro, el ciervo, el lobo (un tradicional visitante de La Lora Alta, en la Cueva de los Franceses). También encontramos mamíferos de menor tamaño como el gato montés, la marta, la comadreja, el conejo, la liebre, etc. La Lora es rica en aves rupícolas como el águila real, el buitre leonado, el alimoche, el búho real, el vencejo, la chova piquirroja, el halcón peregrino y el cuervo: todos anidan en los cantiles y paredes rocosas de todo este espacio natural ej.: en Peña Cortada, un pequeño santuario de estas aves de rapiña en Prádanos de Ojeda. Las áreas de ‘monte’ (bosques) se constituyen en el refugio de otras aves menos conocidas como el cárabo, el arrendajo, el carbonero común, el águila calzada, el búho chico, el gavilán, el ratonero común, el cernícalo vulgar, entre tantos otros. Ya en los eriales y en las zonas de cultivo más bajas nidifican los aguiluchos (cenizo y pálido)…
      









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