quarta-feira, 5 de junho de 2013

PLANTAS DE MI PUEBLO - la zarza (14)


                

          La zarza (Rubus fructicosus): zarza, del prerromano xarxa significando red debido a su enmarañamiento) es un arbusto mediterráneo vivaz, de tallos tumbados o trepadores, con unos 5m de largura, siempre cubierto de espinas muy puntiagudas y/o pinchos de pequeño porte; algunos botánicos emplean la palabra ‘matorral’ > arbusto con numerosos sarmientos de ramas algo arqueadas y espinosas, de hojas compuestas elípticas y de borde aserrado, dispuestas de forma palmeada, o sea, una descripción del género rubus. Perteneciente a la familia Rosáceas como el endrino, sus hojas son palmeadas, pentámeras y cubiertas de una vellosidad blanquecina por el envés. Las flores de la zarza son blancas o rosáceas, y agrupadas en racimos terminales donde nacen y, posteriormente, madurecen suportadas por numerosos tallos erguidos. Los frutos de la zarza > las populares moras o zarzamoras (foto), están dispuestas en una poli-drupa al principio roja, pero cuando madura se presenta de un color negro brillante (foto). La zarza posee muchas variedades e híbridos, abundantes e extendidos por el mundo entero; existen un millar de especies y subespecies: es una de las plantas más populares en los cinco continentes. Las zarzas nacen y crecen de manera espontánea en bordes de caminos, linderas de bosques abiertos o cerrados; también en campos de barbecho o de roturo, y en innúmeros lugares que se extienden desde los valles más profundos y secos hasta las montañas y bosques alimontanos. Precisamente, en mis últimas vacaciones (2012), hice cuestión de coger y comer muchas moras; en Herrera, los numerosos arbustos estaban plagados de moras que nadie recogía. ¡Increíble! En Europa y América, también se cultivan como plantas ornamentales (defensa de jardines y setos) y medicinales > por causa de sus frutos, hojas y flores que contienen ácidos orgánicos, taninos, vitamina C y otras substancias importantes tanto en terapéutica medicinal como en sectores alimenticios (frescos o en conserva) y preparos de vinos y jarabes antidiarréticos.
      Así como las otras plantas de la familia Rosáceas, la zarza ya era conocida en el Neolítico. De ahí decirse que es uno de los arbustos más antiguos de la historia humana. Desde siempre, la zarza fue considerada una planta muy útil debido a sus propiedades medicinales, ya descritas por los filósofos griegos Dioscórides y especialmente Teofrasto (372-288 aC) – este último considerado el único botánico de la antigüedad. Aristóteles le apellidó con este nombre que significa ‘el que tiene elocuencia divina’ visto que su verdadero nombre era Tirtamos. En su Historia plantarum, el describe la llamada zarza pajarera (Rubus caesius), planta espinosa, tumbada y podada al suelo, con hojas trifoliadas, flores blancas y frutos con pocos granos, pruinosos y cubiertos por una especie de cera – las populares y renombradas moras de nuestra infancia. Se extiende por sotos – el sotillo de Herrera transborda de zarzas; a cada paso existe un zarzal impenetrable - y riberas a lo largo de alamedas de chopos, saucedas y fresnedas bastante comunes en nuestra comarca. A cada año aparecen nuevos tallos formando innúmeros zarzales procurados por pájaros y golondrinas; de ahí el nombre de ‘pajarera’. Esta especie es frecuente en la cuenca mediterránea, pero la más procurada por sus efectos medicinales es la Rubus fruticosus que el Diccionario Tradicional de Plantas así la define: ‘arbusto de tallos sarmentosos con espinas fuertes en forma de gancho cuyo fruto, comestible, es la mora’.  
 Por otro lado, la zarza – Plinio el Viejo apellidó al jarabe macerado con moras de ‘panchrestos’ > ‘bueno para todos los males’ – es una planta que encierra una sutil paradoja: sus afiladas espinas que se multiplican por toda la planta (desde los tallos y hojas hasta el pedúnculo de sus flores) parece querernos decir que no nos aproximemos de ella. Entre tanto, es un excelente refugio para pájaros, conejos y otras alimañas, acosados por algún carnívoro. Y bajo sus espinosas ramas crecen diversos arbolitos parásitos sin ser amenazados por otros herbívoros. Curiosamente, cuando estos se han desarrollado suficientemente, la zarza les cede el lugar y parte para conquistar nuevos espacios. Además, notamos que por tras de todas aquellas espinas existen frutos de una dulzura sin igual, pues las moras son un alimento saludable y sabroso. Las moras negras de manera especial son excelente remedio contra estreñimiento, estimulan la buena digestión, reducen las inflamaciones de la boca y garganta, alivia los dolores de riñones, del hígado, recupera órganos rítmicos como el corazón y los pulmones, etc. Y más: las moras verdes o rojas son útiles contra diarreas, en especial de los recién nacidos. El filósofo griego Dioscórides [citado arriba] las recomendaba contra la acidez del estómago y fortalecimiento de las encías y dientes, entre otros trastornos del organismo humano. Diversos estudiosos de las propiedades terapéuticas de la zarza la resaltan sobremanera, y recomiendan el té-de-zarza por ser una bebida deliciosa y de agradable perfume de rosas (una mezcla de 2/3 de hojas de zarza con 1/3 de hojas de frambueso, previamente secadas y machacadas). En libros de botánica se habla en ‘elixir de la zarza’ porque es buena para la memoria y contra el mal de Alzheimer; aclara los pensamientos y recupera la concentración. Por eso se dice que la zarza  transforma las ideas y pensamientos en actos’.     
Llamó mi atención e iluminó mis recordaciones infantiles, esta frase que reescribo aquí sobre las moras: los frutos de la zarza o zarzamora, las moras, son uno de los frutos silvestres más ricos y extendidos de nuestra geografía [española], que todos conocemos desde niños. A parte de ser un alimento sabroso y agradable, las moras sirven para hacer un té delicioso con sus hojas, a fin de sanar afecciones bucales y heridas. Las moras se pueden consumir solas, con yogurt o helado, en forma de mermelada o jalea, en tartas, compotas, macedonias,  y otros postres. Los frutos de la zarza también se han utilizado para macerar y fabricar vinos y licores. En Rusia, las mezclan con azúcar y las hacen fermentar, aunque se dice que es mejor dejarlas simplemente macerar en un determinando licor (aguardiente, anís, coñac, etc), como se hace con el famoso y renombrado ‘aguardiente de guindas’. Y no para por ahí: las zarzas ofrecen un remedio natural contra inflamaciones de encías y de la mucosa bucal, usando el té de las hojas (sin endulzarlo) para hacer gárgaras, y el jugo de las moras. Asimismo se mastican los brotes tiernos nacidos en la primavera con efectos similares: me acuerdo como si fuese hoy de este detalle; esos brotes erandeliciosos. Contra heridas y úlceras de la piel se aplican cataplasmas o emplastos con las hojas de la zarza machacadas, o bien compresas con la decocción de 3 o 4 hojas y un poco de agua. Infusión o decocción de hojas de zarza son usadas contra afecciones intestinales como diarreas y colitis, hemorroides y gastroenteritis, así como para bajar o controlar la fiebre: basta un té de zarza endulzado con azúcar o miel. Pero si queremos incluir la zarza en nuestro botiquín natural, deberemos recoger las hojas más jóvenes y bien desarrolladas en la primavera y, después, se las deja secar a una temperatura de 40ºC. Sin olvidarnos que la madera y corteza de la zarza se utilizan en cestería y fabricación de cuerdas, aprovechando las ramas más largas que aún no se han ramificado.
       Está probado científicamente que las hojas de la zarza -aunque sólo sean las recolectadas  a principios de la primavera- poseen numerosas propiedades medicinales porque la zarzamora aporta mucha fibra y pocas calorías por ser pobre en proteínas y grasas. Estudiosos de esta planta centenaria citan los siguientes efectos:   
1ª) en Plantas Medicinales: es astringente, diurética natural, antidiarrético, actúa contra reumatismo, problemas de garganta (faringitis, gingivitis, aftas, afonía, amigdalitis), neuralgias, vaginitis y trastornos de la TPM, estomatitis y hemorroides; también en problemas del sistema respiratorio (asma, bronquitis, catarros, etc);
        2ª) en Hierbas Medicinales: es astringente, diurética, anti-diarreica, antidiabética, hemostática, bactericida; favorece la regulación y buen funcionamiento del intestino; actúa contra la gripe, los resfriados y la tos; evita pequeñas pérdidas de sangre de heridas menores en trabajos del campo; se usa en úlceras cutáneas, afecciones del estómago, tratamientos bucales (faringitis, gingivitis, etc), dolor de garganta y úlceras bucales; es usada contra hemorroides, diarrea, indigestión, reumatismo, retención de líquidos (hinchazón) y dolores menstruales, erupciones dérmicas;
    3ª) en La Serranía Natural/Ronda: astringente, diurética, antidiarrético, antidiabética, hemostática, bactericida, fungicida, regula el buen funcionamiento del intestino, es útil contra gripe, tos, catarros y resfriados, evita pequeñas pérdidas de sangre de heridas menores ocasionadas por las labores del campo, se usa en úlceras cutáneas, afecciones del estómago, en tratamientos bucales (faringitis, gingivitis, dolor de garganta y úlceras bucales como aftas, dolor de encías y de dientes), contra hemorroides, diarrea, indigestión, reumatismo, retención de líquidos (hinchazón) y problemas menstruales (vaginitis y efectos de la TPM). En cosmética, ennegrece el cabello y actúa contra la caspa y canas. La única contraindicación es para personas con problemas estomacales y con gastroenteritis debido a los taninos que pueden causar náuseas y vómitos;
   4ª) en Las Plantas y usos: astringente y antidiarrético, heridas y ulceraciones cutáneas, de acción diurética, hemostática e hipoglucemiante, en casos de diabetes, reumatismo, uro-litiasis, oliguria, hemorroides, en casos de estomatitis y vaginitis, contra casos de faringitis, gingivitis y otros problemas bucales, neuralgias > anti-inflamaciones gastrointestinales, se aplica en forma de compresas y lociones en heridas, así como en forma de gargarismos enjuagues en afecciones faríngeas; cuando su líquido es fieltrado también es buena contra vaginitis y trastornos menstruales como irrigación vaginal. En general, se consume en decocción, en extracto líquido y uso tópico.   
  Y para terminar dos advertencias:
   1ª) la característica principal de la zarza son sus aguijones endurecidos que actúan como disuasorias para quien desee pasar a su través; de ahí ser su cultivo abundante como protector de fincas o parcelas frente a incursiones humanas o del ganado;
   2ª) la zarza tiene una capacidad increíble de crecimiento; desarrolla numerosas ramas curvadas y espinosas (crecen 5cm diarios), escalando paredes, conquistando nuevas áreas, se enreda con la vegetación vecina; si sus tallos trocaren el suelo se multiplican en otras zarzas. Sus agudas espinas sirven ora para anclarse en su expansión irresistible, ora para defenderse de posibles ‘enemigos’. Como discursaba mi colega Miguel Herrera la zarza es un arbusto que encierra la fuerza indómita de la naturaleza: puede obstruir caminos o inundar las construcciones humanas, haciéndolas inhabitables. Su poder de propagación y crecimiento anárquico es tan grande que resulta inútil la espinosa tarea de podarla, en un vano intento de domesticarla. El mismo Dios, para mostrar su soberanía, eligió esta planta, [como símbolo emblemático de su poder único y absoluto].


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