domingo, 14 de abril de 2013

Usos y costumbres de mi pueblo - juegos de bolos (3G)




        Cuando hablamos en juego de bolos, todos pensamos instintivamente en un divertimiento que consiste en derribar el mayor número de bolos (o boliches) a través del lanzamiento de una bola, por lo general hecha con madera de avellano o acacia. En el juego más popular entre nosotros, los bolos tienen 40cm de altura, y la base oscila entre 1,5 x 3cm de diámetro.  A su vez las bolas son hechas de madera de encina, y con superficie lisa y esféricas > 12 x18cm de diámetro y 3/4kg de peso. Es uno de los juegos más populares del mundo. El nombre tradicional permanece siendo bolos, o boliches como también son llamados en muchos países de lengua hispánica, además de otros nombres muy específicos en cada área geográfica. Debido a la universalidad de este juego y a la importancia de que goza entre las diversas modalidades de lanzamiento, quiero reservar un espacio de destaque y también de relevancia para este tipo de deporte porque envuelve hombres, mujeres y jóvenes de todas las edades y de todos los segmentos sociales. Es un juego que sobrevive a las mudanzas del mundo contemporáneo. Las reglas son prácticamente las mismas a través de los siglos, aunque existe evidentemente una sofisticación mayor a este respecto. Por ejemplo: en un artículo muy bien escrito y con detalles específicos de vanguardia, los Rascadores tientan explicar este juego tan envolvente y dinámico.  

    
Evidentemente, en los pueblos del interior o en la zona rural, el juego de bolos es una diversión simplona, pero existen modalidades que exigen categoría y preparo en todas las etapas, incluso en el tipo de suelo, calzado y camiseta. En España, los bolos están muy diseminados por toda la península Ibérica, y adquieren nombres provinciales y regionales. Así tenemos bolos palentinos, leoneses, asturianos, burgaleses, cántabros, andaluces, del País Vasco, de Galicia, de Castilla y León, bolos celtas, bolos bercianos (de El Bierzo), bolos femeninos del Pisuerga -la hija de mi prima Trini, forma parte del equipo de Villanuño-, bolos maragatos, bolos femeninos de Segovia, etc. Conocemos diferentes modalidades en casi todas las comunidades autónomas, pero es en el País Vasco, Cantabria/Asturias y Castilla y León,  donde encontraremos mayor número de variantes. Es un juego vernáculo de Cantabria; allí podremos ver una bolera típica regional y de sus pueblos; no existe un vilarejo siquiera en Asturias y Cantabria, por menor que él se autodefina, sin un corro o bolera. Otro ejemplo típico lo encontramos en la región serrana de Andalucía: allí es considerado igualmente juego autóctono, con una diferencia sorprendente y que llama nuestra atención> no basta derribar los bolos; es más importante mandarlos bien lejos. En pueblos cántabros también persiste esa costumbre… El juego de bolos practicado en las regiones de valle, al contrario, sólo se juega con tres (3) bolos (> mingos > nombre regional), y no con nueve (9), como debería acontecer según la costumbre más universal. Esta modalidad sigue normas y lances del juego medieval – los antiguos birlos. Ya en Aragón, el juego de bolos es practicado apenas por mujeres, en equipos de 4/5 jugadoras. Las  birlas (bolos) tienen entre 35 y 40cm, y la bola esférica  de madera es de 3,8 x 2cm de diámetro, pesando 1,3kg; son torneadas y hechas de madera de haya. Se juega en la calle y los nueve (9) bolos se disponen de 3 en 3 birlas…
       
       Sin embargo, los juegos de bolos más afamados de toda España están en Castilla y León, Asturias y Cantabria. El bolo leonés presenta una característica marcante: puede ser practicado por parejas o a sólo/individual; también en equipos de cuatro (4) jugadores. Los nueve (9) bolos o miches, tienen formato troncocónico, y las bolas son semiesféricas, partidas al medio. El bolo palentino o bolo llano sólo es practicado en Palencia, en equipos de 5 jugadores (as). El objetivo principal es derribar  el máximo de bolos mediante un lanzamiento a distancia desde el pate de abajo > zona desde donde se lanzan las bolas. Si la bola fuere válida entonces se lanza desde el pate de arriba, en cuatro partidas de tres juegos cada una; termina cuando se hacen 50 puntos. El bolo burgalés o de tres tablones tiene origen autóctono > las Merindades. La bolera se divide en  ‘zona de tiro’, ‘zona de tablones’ y ‘zona de birle’. Los tres tablones llevan 3 bolos cada uno; después se planta el mico, situado entre los bolos centrales. El objetivo principal es lanzar la bola desde el cas [tro] > zona desde donde se lanzan las bolas, en trayectoria aérea a fin de derribar el mayor número de bolos posible, incluso el mico. El primer bote deberá golpear la cureña > armazón con ruedas; si no fuere así ocurrirá la morra: entonces se anula la tirada. Cada bolo derribado vale un punto; los bolos del medio (exclusivos), valen dos puntos, y el mico vale cuatro puntos, si fuere acompañado con el derribo de otros bolos. De esta modalidad, existen campeonatos provinciales, torneos interboleras y veraniegos…
          
Existe una región natural, en España, localizada al oeste de la provincia de León – Comunidad Autónoma de Castilla y León, cuya capital histórica es Ponferrada del Bierzo Alto, siendo Bembibre la verdadera y actual capital tradicional de la comarca; su economía proviene de la minería (carbón y producción de energía eléctrica), hoy en decadencia. Históricamente, esta región es considerada en lingüística como un puente entre el leonés y el gallego, pero con características propias. Algunos como Menéndez Pidal consideran el berciano un dialecto. Pues bien: en esta región leonesa, el juego de bolos siempre gozó de gran popularidad, incluso con campeonatos entre pueblos limítrofes, en diversas ligas comarcales, principalmente con motivo de las fiestas patronales. En esta área, se utilizan boliches de madera dura, de forma cilíndrica y de pequeño tamaño (10cm de alto por 2cm de diámetro). Los bolos se colocan sobre una piedra plana semienterrada, dispuestos en 4 hileras: la primera y segunda con 4 boliches; la tercera 2 y la cuarta 1. El campo es delimitado con unas cuerdas u otro material, que definen las tres secciones de puntuación. El juego se disputa por equipos en forma alternada según la cantidad combinada.

        En Asturias y Cantabria, los juegos de bolos presentan características específicas de gran visibilidad deportiva, incluso con participación extranjera (Argentina, México, Bélgica, Suiza etc.). Con cierta regularidad, a TV transmite la modalidad llamada cuatreada, así como otra variante dicha batiente en que se lanza la bola rodando tentando derribar el mayor número de boliches y llevarlos lo más lejos posible, pues vale más puntos. Por pareja o en el ‘mano a mano’, el juego va a 2 mil puntos; en equipo, a 3 mil. Los bolos asturianos presentan una infinidad de variantes: ya citamos la cuatreada y el batiente, pero son comunes también los bolos de Tineo, los bolos celtas, los bolos de Luarca, de Saliencia, de Rodaos etc. En Cantabria, sobresalen los bolos palma > modalidad que se practica en toda la región norte-palentina ej.: Aguilar de Campoó. Esta modalidad se tornó tan pujante que se extendió a Barcelona, Madrid y Cádiz. Los bolos son nueve, hechos de madera con una base de metal conocida como argolla. Los bolos se colocan en la caja de la bolera, encima de las estacas correspondientes, conforme el juego se realice a la mano o al pulgar (> o efecto que el jugador da a la bola). En esta modalidad, existen reglas que deben ser seguidas según la raya. La bolera es rectangular (34 x 8m) y se compone de tres partes: tiro, caja y birle. Las bolas son esféricas y se coloca un peso metálico (plomo) en el núcleo, para determinar su peso entre 1,5 y 3 kg. Otra modalidad bastante practicada es el pasabolo tablón, debido al lanzamiento de las bolas sobre un tablón. En esta variante, se lanzan los tres bolos situados al final de la tabla lo más lejos posible. El tablón suele limpiarse después de cada tirada para mejorar el deslizamiento de las bolas. Los bolos sin cabeza se fijan en agujeros hechos de arcilla. La campa tiene siete rayas con valores de 10, 20, 30, 40, 50, 60 y 70pts. Cada raya está localizada a 5m de la otra; la primera se sitúa a 8m del último bolo. Se un bolo derribado no alcanza la raya vale solamente 1pt; la mayor jugada vale 210pts. Hay otra modalidad también muy practicada, la llamada pasabolo losa, que consiste en llevar los bolos dispuestos sobre una losa (> piedra circular) más allá de una determinada raya. El campo de juego o bolera mide 25 x 10m; en él se coloca la losa > una piedra de 1,9m de largo por 1,3m de ancho, con nueve agujeros donde se sitúan los boliches con 32cm de altura. Como en las otras modalidades hay reglas específicas sobre el campo, las rayas, la puntuación y el birle > un detalle característico de esta variante que predomina en la comarca de Trasmiera. Ya el llamado bolo pasiego se practica en los valles pasiegos, muy parecido al juego de bolos burgalés. En un carrejo (o pasillo) rectangular se posicionan nueve bolos lisos, y el lanzamiento se hace con bolas grandes de manilla: tanto el lanzamiento como la birla siguen la reglamentación del juego de bolos palma.

        Junto con el juego de bolos, los juegos de cartas en todos los hogares españoles – creo que desde siempre - fueron la mejor diversión conocida. ¡Qué cosa maravillosa ver reunida la familia alrededor de una mesa con amigos o simples familiares, tan sólo para divertirse y compartir algunas horas de recreo o descanso! Creo sinceramente que no exista una casa siquiera en España, sobre todo en Castilla y León – ¡en casa, éramos pobres, pero había por lo menos unos cuatro juegos completos de cartas, y de diferentes dibujos! - en donde no esté presente un paquete de barajas ‘españolas’. Simple, la baraja siempre compitió con el juego del parchís, también extremamente popular en las zonas rurales. Tratándose de cartas, existe realmente una ventaja en todo esto: en muchos juegos ej.: brisca, escoba, mus, gato, burro, solitario, tute etc., los niños comparten con los padres o familiares el mutuo afán de divertirse y aportar un bienestar general, para todos indistintamente. Además de otras ventajas comprobadas para grandes y chicos: se desarrolla la inteligencia, se educa la memoria, se fomenta la autoestima y el dominio de si mismo. Los juegos de cartas exigen una atención constante y desmerecen las preocupaciones del día a día. Pero no nos olvidemos que las cartas están muy relacionadas con apuestas. Por lo tanto, es necesario tener cuidado a fin de que un simple juego no se torne prejudicial para los niños/as y adolescentes. Fuera eso, las cartas son un divertimiento indiscutiblemente sano y alegre. En España y, de modo particular, en Prádanos de Ojeda, son (eran) conocidos los juegos de cartas así denominados: la brisca, la escoba, el desconfío, siete y media, el muerto, el cirulo, la mona, las parejas, el tute, el siete y medio, el pinche, el burro, y otros muchos.

       Las barajas o naipes son nombres que todos conocen universalmente. Hay juegos propios de España, pero existen centenas de juegos extranjeros también bastante difundidos en todo el territorio nacional. Hay igualmente juegos regionales tanto o más difundidos que los citados arriba. Para no alargarme en las explicaciones de cada juego – son muchos, y resulta bastante tedioso y complejo explanar su inmenso contenido-, tentaré describir el juego de la brisca. A principio, podemos decir que se trata de un juego muy popular y difundido en le mundo entero. Se juega con 40 barajas ‘españolas’. Se puede jugar a parejas, a tres o  cuatro jugadores; este último despierta mayor interés. Se comienza por el valor de las cartas: en la brisca, el as vale 11 puntos; el tres, 10; el rey, 4;  el caballo, 3; la sota, 2. Todos los palos (oros, bastos, espadas y copas), indistintamente, tienen el mismo valor. Y el resto de las cartas no tienen valor absoluto > son cartas blancas, pero tienen valor relativo, porque el siete supera al seis, el seis al cinco etc. El total suma 120 puntos. En la brisca hay palabras típicas como triunfo, tanto, brisca, partida, ronda, corte, mazo de cartas, barajar, código de señas, ‘muerte de tres’, repartir cartas, jugador-mano, puntuación, etc. Como puede verse, la explicación es muy complicada debido a minucias y detalles en profusión. El juego en si mismo se desarrolla así: se baraja el mazo de cartas, se coloca en la mesa para el corte (la mitad superior del mazo).

       Quién da las cartas, recoge el mazo y distribuye tres cartas a cada jugador, una a una, por su derecha (contrario a las manillas del reloj). Después, designa el triunfo, y coloca el mazo sobrante sobre el conjunto sin  cubrirlo totalmente. En la ronda, un jugador echa una carta, y los demás hacen lo mismo; no precisa ser del palo. Gana la carta de mayor numeración o triunfo. Quién gana la ronda, recoge las cartas y las acumula boca abajo. Terminada la ronda, cada jugador ‘roba’ una carta del mazo, y el juego continúa…Al final del juego, cada pareja suma los puntos según las reglas estipuladas. Gana quién suma más de 60 puntos. En caso de empate, gana quién dio la mano. Detalle: cualquier jugador puede cambiar el triunfo mayor por el siete, y este por el dos. El código de señas es permitido, pero si apañado se pierde el juego. Y otro: se puede matar el tres con el as, y terminar la partida. Observo que la explicación de las reglas aplicada en los juegos de cartas es prolija y aburrida. Por eso, es preferible recomendar a los niños/as y adolescentes prestar atención al juego de los adultos. Siendo que a veces las reglas son mudadas conforme el lugar. Entre los juegos con que yo, personalmente, más me divertía están: la escoba, el tute y la mona, siendo la brisca el más jugado por otros niños/niñas y adolescentes.
              Con estos juegos -cada uno más interesante que el otro- , os dejo hasta la próxima oportunidad. ¡Hasta luego, amigos y paisanos de Prádanos de Ojeda!


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