sábado, 12 de maio de 2012

Prádanos de Ojeda – iglesia románica del siglo XII


Prádanos de Ojeda –  iglesia románica del siglo XII


En la Edad Media los fieles veían símbolos especiales en todos los objetos del culto religioso, algunos muy imaginativos. Guillermo Durandus, un obispo francés del siglo XIII, escribió un tratado sobre el simbolismo cristiano – Fundamentos lógicos de los oficios divinos, donde describe los diferentes significados de cada parte  de una iglesia en construcción ex.: naves, coro, campanario, torres o espadañas… La arquitectura renacentista y los nuevos estilos acabaron con muchos de esos símbolos, pero las necesidades litúrgicas y sus posibilidades artísticas aun persisten en nuestros días. En 1048, el monje Raúl Glaber aseveraba: después del año 1000, se construyeron iglesias en casi todo el mundo. Aunque eso no fuera necesario, cada pueblo competía, por pura emulación o envidia, construyendo un santuario más suntuoso que el del pueblo vecino. Esta fiebre arquitectónica que invadió la Europa medieval reflejaba el espíritu del tiempo: el estilo románico sintetizó los trazos históricos de aquella época (siglos X al XIII). La Europa atravesaba una fase extremamente difícil: diversas invasiones (árabes, normandas, eslavas y húngaras) asolaban su territorio en todas las direcciones. Apenas el castillo feudal era la única fortaleza que ofrecía alguna resistencia a los invasores y, por eso, los pueblos del Medioevo se organizaban en su redor. Esta inestabilidad colaboró enormemente en propagar la creencia infundada y catastrófica de que el mundo acabaría en el año 1000. Los hombres y mujeres de aquella época vivían aterrorizados con la perspectiva del juizo final. Pero como el mundo no acabó en el año 1001, la población aumentó, el comercio resurgió y nuevas áreas de cultivo se conquistaron por doquier. Con eso, la iglesia fortaleció su poder temporal y las Órdenes monásticas se multiplican [entre ellas, la Orden de Cluny (910)]. La iglesia era el único edificio donde se congregaban las gentes siendo, por eso, la parte más importante de la vida social en la Edad Media. Consiguientemente, el estilo románico encontró su expresión máxima en la arquitectura cuya fuerza y solidez caracterizaron las iglesias de este tiempo ej.: la iglesia de Prádanos de Ojeda absorbió con solemnidad y pompa todos esos presupuestos.
      El arte románico se originó de estructuras romanas sobrevivientes al empuje destruidor de los ‘bárbaros’. Su decoración es severa, monumental y se identifica con la decoración arquitectónica de trazos e figuras esculpidas en piedra. Denominase románico porque casi todos los edificios construidos entre el siglo X y finales del siglo XIII –precisamente en esta época comenzó a edificarse la ‘catedral’ de Prádanos de Ojeda- se constituyeron básicamente en una retomada más actualizada y perfecta de la arquitectura dicha romana, pero con influencias, em muchos lugares, del arte normando, bizantino o árabe/musulmán. Prevaleció  el plano prototipo de la basílica romana, local amplio, destinado originalmente  a los funcionarios de los tribunales romanos. La nave principal está cortada por el transepto dándole simbólicamente o formato de una cruz. Las naves laterales permitían que los peregrinos o romeros circulasen sin interrumpir las celebraciones litúrgicas. La iluminación indirecta venía de las naves secundarias, a través de aberturas laterales, ventanas diminutas que mal conseguían atenuar el aspecto sombrío del santuario.
        Durante la Edad Media las iglesias románicas surgieron con un estilo antiguo tipo fortaleza.  Nuestra iglesia, ejemplo majestoso y espléndido del arte románico en la região de La Ojeda, se adaptó a los espacios de su construcción imponente y grandiosa. No existe otra iglesia igual en muchos quilómetros alrededor [¡tal vez la iglesia de Frómista!]; la competición  de que hablamos arriba fue realmente marcante para nuestro pueblo. Los constructores y artistas de tan magnífico ejemplar románico aportaron hechos que marcan su edificación a lo largo de varios siglos, pues nuestra iglesia tardó mucho tiempo para ser concluida. Posee un plano de basílica romana típica, a la cual fueron acrecidos los transeptos y el coro al lado del campanario con su antemural [contrafuerte] y torre cuadrangular imponentes, em parte por motivos de reverencia y punto de apoyo. Es conveniente decir que las ruinas y escombros de antiguos edificios muchas veces servían como materiales de construcción para las nuevas iglesias y, por eso, parcialmente determinadas por el uso de antiguos fragmentos. No sabemos con certeza si la iglesia de Prádanos siguió este ritual. Algunos comentaristas refrendan la opinión más común, o sea, las piedras de sillería vinieron de Becerril del Carpio, lo que no me parece convincente. ¿Por qué las procurarían en un lugar ‘lejano’ cuando podrían encontrarlas en su propia casa? De cualquier forma, el interior presenta varios estilos, inclusive el gótico [con su porte ojival, adornos asimétricos y exuberantes] y el barroco [opuesto al clasicismo y caracterizado por la complejidad, dinamismo y riqueza de sus formas, y tendencia al efectismo (deslumbramiento)].
     Como era costumbre en la Edad Media, nuestra iglesia tiene el altar mayor en la extremidad este -dirección de Jerusalén y Lugares Santos, para donde se dirigía la Europa occidental de la época. Esta ampliación surgió de la necesidad de usar altares extras y capillas laterales. Los constructores de nuestra iglesia escogieron el plano escalonado [existía también el radial] que imitaba la basílica de Cluny (981), de acento benedictino. Las paredes externas son toscas y groseras, con contrafuertes rasos y arcos semicirculares en el atrio de entrada. Las arcadas poseen macizas columnas circulares o pilastras sustentadas por arcos construidos con un núcleo de cascajo y arrematadas por piedras de cantaría; puertas y ventanas están retraídas, en cuanto la techumbre está compuesta de bóvedas semicirculares, un elemento esencial del estilo románico. El peso es sustentado por paredes espesas e macizas, con pocas ventanas, para no comprometer su estabilidad arquitectónica. La fachada es simple y el conjunto imponente da un aire sombrío A ejemplo de las catedrales medievales, nuestra iglesia domina totalmente el pueblo, reafirmando hasta hoy su preeminencia por la masa, volumen y grande altura. Quien la mira de frente, a una cierta distancia, piensa que se trata de un can [perro] labrador recostado y tomando cuenta del pequeño rebaño desparramado a sus pies. Sin duda, la imponencia de su figura llama la atención de cualquier visitante.
        En fin, el arte románico sintetiza el alma de los hombres y mujeres de aquellos tiempos. De un lado, refleja el miedo que abrumaba las poblaciones europeas, y de otro el profundo sentimiento religioso que marcó el Medioevo. La construcción de Cluny influenció a la Europa entera – recibiría el apellido de Segunda Roma, naciendo de ahí la escuela de Borgoña (sur-francesa y también cantábrica). La iglesia de Prádanos de Ojeda es un ejemplo típico de esta obra imponente que se caracteriza por la ostentación en sus inmensas proporciones y en los detalles que transformaban las iglesias románicas en retiros pomposos. São Bernardo – refiriéndose a las construcciones de su tiempo – decía: ¿por que colocar bajo los ojos de algunos pocos monjes [fieles], cuando deben apenas leer y meditar, eses monstruos ridículos, esas horribles aunque bellas construcciones? El estilo románico dominó absoluto en la Europa medieval, unida por la misma fe cristiana. En todas las iglesias románicas hay un trazo común: el ideal religioso donde la fe es el principio y el fin de todas las cosas, inclusive de la arquitectura.
       
La iglesia románica de Prádanos es, por lo tanto, un monumento que caracteriza no solo la fe católica de nuestro pueblo, pero también la riqueza, el poder y el aprecio que obispos, monjes y clero en general manifestaban en relación a los fieles cristianos, muchas veces mayores que los debidos a las autoridades constituidas del lugar. De cualquier forma, es una obra fantástica e imagen de espiritualidad, así como ansia de expresión mística, que movilizó constructores, artistas e hijos de Prádanos de Ojeda durante varios siglos (del XII al XVII). Nuestra iglesia románica forma parte de las llamadas ‘fortalezas sagradas’, o como diría un escritor medieval es considerada ‘arte sacra’ porque en su interior hombres y mujeres procuraban elevar a Deus sus oraciones como testigos de su fe profunda y universal.

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